domingo, 20 de mayo de 2012

El poeta Jeremías Marquines recibe Premio Nacional de poesía Aguascalientes 2012


 Jeremías, el Golden boy de la poesía  en México



Pellicer, Gorostiza y Becerra, son una imposición en la política cultural que ha dañado a los escritores en Tabasco: Marquines

 



Juan de Jesús López / Villahermosa



Fue una sorpresa pero también tenía sobradas sospechas de que lo ganaría, dice satisfecho el poeta de origen tabasqueño Jeremías Marquines para corroborar que, en efecto, es el ganador de uno de los premios más importantes de la literatura mexicana, el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 2012.
Está contento y fuma con prontitud afuera de la Biblioteca Pino Suárez, donde recibe la noticia del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). Intercala comentarios con llamadas que le llegan de todo el país para felicitarlo por el premio que ganó con su poemario “Acapulco golden”, dedicado al novelista inglés Malcom Lowry, una figura que lleva estudiando más de veinte años.
Al rato me mandarán el acta del jurado pero ya lo sabía, apunta con algo de nerviosismo el poeta que radica desde hace varios años en el puerto de Acapulco, Guerrero, y se encuentra esta semana en Villahermosa pues forma parte de los poetas que participan en el Encuentro Iberomaericano de Poesía.
-Te conviertes en algo así como el Golden boy de la poesía  en Tabasco con este premio nacional que marca y rige el panorama de la poesía en México ¿te sorprendió la noticia?
-El anuncio sí es sorpresivo porque no lo esperaba en esta semana pero en cierta manera también lo esperaba porque yo confío mucho en lo que hago. Tenía más bien sobradas expectativas sobre ese libro. Es una noticia bastante grata.
Marquines platica que el libro por el cual recibirá el premio en mayo entrante y está dotado de 250 mil pesos en Aguascalientes, se titula “Acapulco golden”. Es un libro que se basa en un recurso literario que se llama vidas paralelas, y su temática se centra en la visita que hiciera el escritor Malcom Lowry en 1936 a  Acapulco.
Es un libro en el que se ficciona porque al fin de cuentas todo es ficción con Lowry: Un borracho que no se le puede confiar mucho porque ficciona bastante sobre su vida y los lugares que visitó, platica Jeremías en la entrevista que concedió.
“Por ejemplo, él dice que llega en noviembre en día de muertos, y realmente, investigando el asunto, él llega antes en el mes de octubre, y se queda en el Hotel El Mirador.  Hay muchas historias que platican narradores orales de  la localidad, ficciones al final de cuenta, incluso su biógrafo se confunde porque describe el paisaje de Acapulco con el paisaje del Congo. Pero no hay nada que nos diga que sí”.
-El maestro impone sus fabulaciones de viajero.
-Si, hay ficciones sobre ficciones y por eso yo recurro a la ficción de la gente, a la tradición popular de Acapulco y a partir de eso recreo una vida paralela. El libro es realmente una multificción con distintos niveles donde un personaje, Lowry, se desdobla en cuatro personajes.
También hay una especie de diario basado precisamente en lo que me comenta la gente, por ejemplo, que al gringo ese le gustaba coleccionar piedras y andaba haciendo anotaciones sobre las piedras. El sesenta por ciento de libro está basado en un diario, la otra parte son poetas de interpretación libre, también es un diálogo con la novela Bajo el volcán y con lo que escribiera su biógrafo.
-No es la primera vez que Lowry marca tu obra, ya antes le habías dedicado un libro.
-Si, se llama “Todos los pensamientos zarpan al anochecer en un barco de hierro”, el poema inicial es un poema de Malcom Lowry. Ahí ya tengo referencias de él.
-¿Pero qué te identifica con él?
-Hay una identificación con él, por lo etílico, por supuesto por la vida alocada, alucinada, por la búsqueda o querer entender a la literatura como una utopía, como un no lugar, más bien una búsqueda de tiempo, de una época o la edad de oro como decían los clásicos. La poesía, es una utopía más allá del tiempo, más allá del leguaje, de la creación misma, la poesía es la búsqueda del tiempo perdido como bien señala Marcel Prouts.
-¿Cuántos libros llevas hasta ahora?
-Publicados nueve, con este este que se va a publicar serian diez y tres inéditos.
-Te has caracterizado por ser un poeta que, independientemente de valor de cada libro, avanzas siempre dentro del estatus oficial con premios  y becas, incluso estando contra el estatus oficial.
-Si, he recibido muchos premios por mis libros pero yo no distingo entre estatus oficiales y no oficiales porque yo simplemente hago literatura, como literatura y vivo la literatura. La literatura no tiene estatus oficiales o no oficiales, nunca me enrolo en esos esquemas porque al final de cuentas son dos posiciones extremas que se tocan.
Dentro de lo que se puede llamar corriente o más bien espacio siempre me he mantenido al margen de grupos, de sectas, de conciliábulos, soy prácticamente una cosa aparte, tengo amigos de distintas preferencias literarias pero eso no me determina.
-Tu y otros autores como Francisco Magaña, Teodosio García Ruiz,  Níger Madrigal y Álvaro Solís, rompen con la hegemonía impuesta por la divina trinidad impuesta Tabasco: Pellicer, Gorostiza y Becerra. Dentro de este contexto local, ¿cómo te miras a tí mismo?
-Es una pregunta interesante, no lo había pensado… Yo me miro fuera ¿no?, me miro fuera de ese contexto porque la mayor parte de mi trabajo la he realizado fuera de mi estado. Y bueno, creo que la imposición de esa trinidad ha dañado mucho, sobre todo a los escritores tabasqueños porque es un losa, no en el literario, sino de política cultural, impide que otros escritores grandes como Dionicio Morales no tengan la dimensión que le corresponde, incluso daña el desarrollo de escritores recientes. Yo creo que ya no se debe seguir viendo al estado de Tabasco en relación a esa trilogía.

Recuadro I
El premio es la confirmación de un trabajo serio, sostenido y arriesgado de Jeremías
Claro que es una alegría que Jeremías gane este premio que sólo había ganado José Carlos Becerra cuando no tenía la fama que hoy tiene. Me da muchísimo gusto porque es la confirmación de un trabajo serio, sostenido, arriesgado de Jeremías al que conozco des los 90 cuando coincidimos una temporada en la Casa del Escritor en Bacalar.
Ha ido creciendo su trabajo en esa veta de arriesgarse y de mantener un lenguaje formal que rompe totalmente con las características de la poesía que se trabaja aquí. Yo creo que su trabajo representa para Tabasco una apertura, es irónica, tiene suspicacia y tiene rigor formal. Tengo un libro inédito de él que saldrá el año próximo en Monte Carmelo.
Francisco Magaña

Recuadro II
Es el reconocimiento a la poesía tomada como una profesión de vida
Yo lo saludo como amigo personal y lector atentísimo que soy de toda su poesía. Lo saludo con una gran alegría y lo felicito. Como tabasqueño me siento muy orgulloso y muy honrado, y como escritor considero que es un premio merecido que va a compartir con todos nosotros, claro, menos el dinero.  Me parece que es un reconocimiento importante para su trabajo porque hay un esfuerzo de años y porque se ve que la poesía ha sido tomada como una profesión de vida. Jeremías antes que nada es un lector irrendento, un hombre con mucha imaginación y talento, y qué bueno porque pese a las políticas culturales horrendas que hay aquí en Tabasco podemos exportar al mundo el talento de un hombre como Jeremías Marquines.
Dionicio Morales

Recuadro III
Jeremías es hoy por hoy el poeta tabasqueño más importante
Jeremías Marquines es, junto con Álvaro Solís, un poeta generoso a su manera que ha abierto espacios a los jóvenes poetas tabasqueños. Pero sobre todo es un poeta que con una propuestas interesante en la que s lenguaje crea una sintaxis y un ritmo particular, por momentos asmáticos, que nos hace pensar en la poesía de Carlos German Belli. Jeremías es hoy por hoy el poeta tabasqueño más importante. 
Audomaro Ernesto Hidalgo



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