En fotografía hay que personificar la condición humana
Foto: Juan de Jesús López/ 2007 |
Durante la presentación de su novela “Las rebeldes” en el
marco de la FUL Tabasco 2011, Mónica Lavín aseguró que ella “busca crear
personajes que vayan más allá de los personajes que la historia le dio”, de
inmediato pensé en la fotografía, en la foto de calle, en el retrato, porque
quizá esa es la condición de lograr una foto que vaya más allá de la mera
anécdota. Recordé también al fotógrafo Marcos Rodríguez quien apunta que sus retratos
callejeros, ambulantes, resumen "el placer de pasear unido al placer
de capturar personajes auténticos allí donde estoy".
Lavín nos dio otra pista: atrapar en cada personaje una emoción
que aluda a la condición humana. La escritora comentaría en su declaración de
principios narrativos que para crear los personajes de su novela tuvo que
jugar un poco al detective: Es un juego de imaginación y una indagación de
posibilidades reales, porque algunas existen y otras las inventé yo. Sin
embargo –esta es la parte más importante- unos y otros, reales y
ficticios, son personajes encarnados, es decir: de carne y hueso, porque aluden
a un problema de la condición humana.
En un retrato fotográfico, incluso en una toma cualquiera y
pongo por ejemplo un objeto o el paisaje, se logra ir más allá de la referencia inmediata
si personificamos, simbolizamos, rozamos, tocamos, atrapamos uno cualquiera de los problemas de la
condición humana. Los fotógrafos deberíamos leer más novelas, poesía, asistir
más a los eventos literarios. Creo yo.
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