El libro habla del grupo enfocArte y sus aportes en la historia de la fotografía en Tabasco
La publicación tiene 160 páginas con fotos a todo color y en blanco y negro de 18 fotógrafos locales. De acuerdo con la numeralia aportada por los presentadores el grupo tiene unos 44 participantes pero solo figuran 19
Muy pocas veces se presenta un libro de fotografía en
Tabasco que reúne a tantos autores y al mismo tiempo nos cuente parte de la
historia de ese oficio creativo en nuestro estado. El libro colectivo de
fotografía “Senderos de luz” es uno de esos. En el se relata la historia del
grupo tabasqueño “enfocArte”, uno de los grupos pioneros del estado en este
genero visual.
La publicación fue presentada en el Museo Regional de
Antropología por los artistas de la lente Yolanda Andrade, Ignacio Osorio, Hermilo
Granados y Arturo Gamboa, quienes
celebraron platicando algunos pormenores sobre el impreso, y ocurrió
dentro del marco del Festival Cultural CEIBA que se celebra en esta ciudad.
En la compilación se
da cuenta del trabajo visual de algunos de sus miembros fundadores e invitados
que han participado en el colectivo a lo largo de los últimos 18 años desde la
fundación del grupo choco.
Hay que decir que “enfocArte” es el grupo más longevo de la
historia de la fotografía en Tabasco y,
sin bien no terminó como una Sociedad de Fotógrafos Tabasqueños en su momento –cuando se crearon sociedades
de escritores, pintores y músicos en la época gonzálezpederista-, ha sido el
grupo más activo y privilegiado dentro de la agenda cultural oficial.
Es un grupo que atrae y rechaza al mismo tiempo. Según las
propias cuentas asentadas en el libro tiene casi medio centenar de autores en
sus filas, muchos van y vienen, otros reaparecen para la foto aunque hayan
renunciado, pero lo cierto es que para mantenerse activo siempre está
ingresando nuevos autores afines.
La publicación tiene 160 páginas con fotos a todo color y en
blanco y negro de 18 fotógrafos locales. De acuerdo con la numeralia aportada
por los presentadores el grupo tiene unos 44 participantes pero solo figuran 19
porque fueron los que respondieron a los exigentes requisitos de la
convocatoria: mandar fotos y currículo.
Entre todos los que están presentan un centenar de fotos,
unas sesenta a color digital y 35 blanco
y negro y 11 color análogo, por lo que,
concordaron, el libro también habla de ese gran salto que vivió la fotografía
en el mundo y en especial sus hacedores en Tabasco.
Cómo dato curioso se puede anotar que en el grupo solo
figuran 4 mujeres fotógrafas pero a cambio en el interior aparecen–no
necesariamente las fotógrafas- 23
desnudos femeninos, y que los editores a cargo del libro se sirvieron con la
cuchara grande, por ejemplo, Ignacio Osorio aparece con 17 y Gamboa con 11
fotos cada uno.
Pudiera pensarse que, por la falta de respuestas de los compañeros Osorio y Gamboa tuvieron que entrar al quite y aportar más fotos para rellenar el número de páginas establecido, pero no, lo cierto es que desde hace un buen tiempo, para invitaciones de exposiciones o para libros, las fotos que figuran son las de Osorio. Punto y aparte.
Pudiera pensarse que, por la falta de respuestas de los compañeros Osorio y Gamboa tuvieron que entrar al quite y aportar más fotos para rellenar el número de páginas establecido, pero no, lo cierto es que desde hace un buen tiempo, para invitaciones de exposiciones o para libros, las fotos que figuran son las de Osorio. Punto y aparte.
Entre otros géneros se pueden encontrar fotos de documental,
retrato, construida, paisaje, arquitectura y bodegón aunque no aparecen
necesariamente así pues el orden de presentación es bastante arbitrario, o más
bien confuso.
Según las estimaciones de Osorio para las que no cuentan las
ausencias de su propio "Círculo fotográfico" ni los creadores que no participan ni simpatizan
con su grupo, con lo que hay ahí es suficiente para reflejar “el estado de la fotografía
contemporánea en los últimos años”.
En suma, “es un fotolibro de autoría colectiva donde el
mensaje principal es la fotografía, un libro donde cada autor aporta su visión
pero el conjunto aporta una gran visión de la foto en Tabasco, que ilustra el
paso de lo analógico a lo digital, el salto del siglo 20 al siglo 21, un libro
para el estudio de la fotografía y del contexto social y cultural de Tabasco”.
Llamó la atención la participación de la fotógrafa Yolanda
Andrade quien, tras señalar que todo
libro enriquece la cultura y este así lo parece, habló de su experiencia como
autora y editora de libros. Mi primer libro –dijo- me tomó 20 años y sé de
amigos que su primera publicación les tomó toda una vida.
Ahora le toma cada vez menos tiempo publicar porque se ha convertido
en su propia editora y autogestora, comentó la decana de la fotografía en
Tabasco a quien el Gobierno del Estado le publicó un libro –el de Enrique
González Pedrero- y el mismo gobierno del estado lo desapareció, el del sexenio
siguiente.
Señaló que uno de los problemas de las publicaciones
oficiales es la distribución de los mil ejemplares o más que acostumbran,
cuando ya existe la opción de publicar entre 5 o 250 ejemplares según se vayan
vendiendo o repartiendo. Se refería a las impresiones sobre pedido.
“En México la impresión sobre pedido es la opción para
publicar actualmente y hay precios muy competitivos. Por otro lado, como la
impresión es digital, esto permite que el archivo electrónico se pueda subir a
internet. Este tipo de impresión sobre pedido será la opción en el futuro.
“De hecho es la tendencia en general ya que los diarios se
están convirtiendo en periódicos en línea. Por otro lado, con esto se evita la
consabida crítica de que solo se publiquen a los maestros consagrados y que los
libros se queden en la bodega”.
Lo importante, dijo, es que los artistas ya no dependan del
interés de las instituciones, ahora el artista tiene que convertirse
necesariamente en un autogestor, y los fotógrafos tienen que hacer su propio
libro.
De pasó, señaló a los maestros de la lente sobre la
importancia de que las exposiciones vayan acompañadas de un catálogo, porque es
lo único que queda para la memoria, “además de que es un medio de difusión
importante”.
La fotógrafa no comentó el libro, pero en parte, queriéndolo
o no, sí atinó sobre dos de los problemas editoriales en Tabasco, la publicación
de libros de fotografía o de pintura, tan escasos quizá por ostentosos y por lo
tanto caros. El otro asunto, es la necesidad de que los autores no dependan de
la “buena voluntad” de las instituciones que puede llegar varios años después.
“Senderos de luz” se terminó de imprimir hace unos cuantos
días. Si se observa la fecha de publicación en la página legal donde se señala
noviembre de 2012 se pudiera pensar que se
hizo hasta con premura para su presentación, pero en realidad es un libro que
esperó cuatro largos años en los cajones
de la Dirección Editorial del IEC, como señaló coordinador de fotografía del
IEC, y director del Centro de la Imagen, Ignacio Osorio.
El libro “Senderos de luz” habría sido el primer libro de
fotografía en Tabasco que se publicase tras casi 30 años de que no se veía un
solo tomo dedicado a la imagen análoga o digital, además de que habría sido el
primer libro que reuniera a la mayoría de los fotógrafos que hoy por hoy están
en el escenario de las artes del pixel y la lente. Eso, de no haber salido cuatro
años tarde.
Sin embargo tiene su mérito pues, como ya se anotó, al
relatar la historia del grupo de fotografía más longevo de la recientísima
historia cultural en Tabasco relata en parte también la historia de la
fotografía que se hace en Tabasco.
El círculo de fotografía enfocArte, según lo que señalan
algunos los miembros que han participado en el y desertaron –pero que están en
la foto-, aunque ha venido a menos fue uno de los grupos que abrió puerta en
las galerías para la fotografía e impulsó una visión moderna y hasta
experimental del oficio. Ruta que, al menos en lo grupal, no pudieron mantener pero en la que alcanzaron grandes picos con exposiciones coletivas como "Fotos a la calle", "Ecocidio" y "Híbridos visuales", además de las aportaciones memorables de arte objeto presentadas en el mítico bar Bruno's.
Como sea, durante la presentación los fotógrafos lucieron
muy contentos y se repartieron entre ellos autógrafos y, mientras degustaban
los canapés, los jóvenes que los admiran los acosaron como si se tratase de
estrellas de la tele. De los años de espera ni quien se acordara.
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