domingo, 28 de octubre de 2012

Pedro Meyer ofrece conferencia en Tabasco




La fotografía es la vanguardia de la sociedad 



El fotógrafo mexicano señala que la fotografía es la punta de lanza de la sociedad de nuestro tiempo, sin embargo, impone un nuevo reto, superar el analfabetismo visual






En suma, la definición de fotografía, aquella que nos dice consiste en “escribir con luz” sigue vigente y es hoy por hoy incluso más actual que cuando naciera la fotografía gracias a la digitalización y la tecnología aplicada a la foto.
Por otro lado, el ejercicio y las formas de leer la fotografía ya no son la mismas de hace 5 años y menos la de hace 50 años. De hecho cualquier intento por atrapar lo que es la fotografía hoy podría tiene fecha de caducidad para dentro de 24 horas más adelante porque la tecnología y la Internet la definen y moldean constantemente.
“Ahora, en un día se toman y comparten más fotos en la Red de las que se tomaron en los últimos ciento cincuenta años (…), Facebook compró ‘Instagram’ en 2 billones de dólares que es el doble del dinero que se ha invertido para comprar todas las fotos de todos los fotógrafos de toda la historia de la fotografía (…), Hoy todo mundo toma fotos de todo y las comparte hasta en el país más pobre del planeta (... y), Para saber cuál es el futuro de la fotografía se tendría que estar frente a una computadora todo el día checado todas las principales páginas de fotografía”.
La Fotografía o más bien la cultura de la fotografía se ha convertido en la vanguardia de la sociedad, pero, la popularidad de la cultura de la imagen tiene el reto de superar el enorme analfabetismo visual porque la gente sólo sabe apretar un botón y el aparato es el inteligente.
Ese es una de las tareas que tiene por delante un lugar como el Centro de la Imagen que ustedes tienen aquí, diría en una de las tres ocasiones que mencionó al Centro de la fotografía tabasqueña dentro de su discurso para criticarlo por apostar a estrategias obsoletas de exposición de fotos impresas y animar a sus encargados a buscar respuestas nuevas para los nuevos tiempos. 
A groso modo esas fueron dos o tres entre muchas de las ideas principales que el fotógrafo mexicano Pedro Meyer, a quien se estima como la referencia más importante de la fotografía contemporánea en Latinoamérica y el mundo, ofreciera el jueves al medio en el auditorio del Museo Regional de Antropología.
La conferencia ofrecida en el marco del Festival Cultural CEIBA duró dos horas y fue otra de las actividades esperadas del programa por los amantes de la lente, como lo demostró el lleno total del recinto, con lo que se demostró que, como también describiera Meyer, la fotografía es paso de ser el patito feo de las artes menores a imponerse como una revolución visual y en Tabasco ese interés no es la excepción.

D.R. Pedro Meyer.  Autorretrato. Imagen tomada del Facebook del fotógrafo

Desde una hora antes de la conferencia los jóvenes aprendices de fotografía y fotógrafos reconocidos hacían fila para entrar al auditorio del museo donde se efectuaría la conferencia del maestro Meyer programada para una hora más tarde. Los que llegaron antes platican, intercambian ideas en las escalinatas de la entrada y observan cómo los guardias de seguridad no dejan entrar a otros jóvenes que se suman a la espera.
El fotógrafo ya está, dijeron los encargados de la recepción llegó una hora antes de su participación  y aprovechó para recorre el museo y sus alrededores, además del recién creado Centro de la Imagen de Tabasco y la exposición de desnudo, lo que le sirvió de paso para señalar, en el hilo de su conferencia, que se trataba de un intento desfasado con la actualidad.
Media hora antes de la conferencia Meyer salió del museo y pasó frente a los jóvenes. Luce igual que en las fotos que se pueden observar en su página de “feis” solo que un poco más alto. Viste playera tipo polo de color azul oscuro, pantalón mezclilla, zapatos tenis, barba cana.
Y como la cola seguía creciendo y la presión aumentaba alguien sensato decidió que se dejara entrar a los madrugadores que ocuparon ansiosamente las pocas butacas y sillas del recinto donde el aire acondicionado fue el mejor antídoto para la espera.
¿Cómo sabes cuando un joven universitario viene por órdenes de un maestro? –es la pregunta de una persona que leyó una crónica anterior donde se anotó que este tipo de sucesos se llena con alumnos de los distintos talleres universitarios de diseño, comunicación y fotografía. Sencillo -le responde otro-, sacarán de inmediato libreta, lápiz y cámara. Lo dicho fue lo que se vio en efecto.
-¿Por poco y se quedan sin sillas? -Bromea una.
-Ya nos pasó con  Jurado, llegamos a la hora y nos quedamos fuera –Repele otra.
En poco minutos el auditorio está ocupado definitivamente, al menos los asientos disponibles, y la maestra de ceremonia con su voz pomposa pide a los presentes que pongan sus celulares en la modalidad de vibrador lo que provocó risillas y bromas en el sector masculino.
Meyer entró al recinto y se acomodó de inmediato en la mesa principal, miró de frente al centenar de ojos, sacó sus gafas y los afrontó con su camarita apenas un poco más pequeña que una caja de cigarros pero con la potencia de 25 megapixeles, un verdadero prodigio.
Aún faltan doce minutos para la hora programada y la afluencia pertinaz se mantiene. Todo indica que los organizadores del festiceiba se quedaron cortos en cuanto al pegue que tiene la fotografía en Tabasco. Da la impresión de que Meyer está incómodo, coloca su Tablet, coloca los dedos sobre la pantalla como si hiciera pases mágicos. Se toma la foto pero el gesto es severo y eso mantiene a rayas a muchos aunque al final las jóvenes ganan y lo comprometen a la foto del recuerdo. Un minuto antes de las doce, la de la voz ceremoniosa, ofrece la bienvenida y llegan lo aplausos.


-Los que usen reloj de pulsera que levanten la mano –pide Meyer y frente a él se levantaron unas diez manos que no sabían bien a bien de qué se trataba aquella solicitud en una conferencia sobre fotografía. Ahora, los que no usan –y la mayoría apabulla a los primeros.
El pequeño ejercicio de calistenia rompehielo serviría al fotógrafo mexicano para entrar en materia e ilustrar de qué manera algo tan imperceptible representa un gran  cambio generacional pero importante en este siglo 21. Los jóvenes prefieren objetos multifuncionales como los celulares que lo mismo te sirven para hablar, tomar fotos y ver la hora.
Para Meyer las nuevas condiciones tecnológicas influyen de tal manera en el ser humano que a su vez tiene que responder con nuevas actitudes acorde a esa tecnología, incluso el arte. Por lo tanto ala Fotografía ya no se le puede mirar como hace cinco o cincuenta años. Ha mutado.
La foto pasó de ser el patito feo de la cultura, un arte menor, para convertirse en la vanguardia de la cultura pero muchos no se han dado cuenta, es más mucha gente involucrada de la cultura todavía no lo entiende: antes se tomaban foto los fines de semana ahora todo mundo toma fotos todo el día y las comparte.
Sin embargo, la situación no es tan fácil como parece. El artista, reconocido por su entusiasmo en la fotografía digital y sus variantes insumisas, señala que así como la imprenta de Gutenberg impone la alfabetización, así la nueva cultura de la imagen exige una alfabetización visual.
Hoy  la Fotografía,  sin costo, que se puede publicar y compartir, se ha convertido en la vanguardia de la sociedad pero, para poder comunicarse, es necesaria una educación visual que nos permita superar el enorme analfabetismo visual reinante. La gente solo sabe apretar un botón y el aparato es el inteligente.
No es que no sirva la inmensa mayoría de fotos que polulan en el ciberespacio, dijo, sino que hace falta una cultura fotográfica instruida para que una foto vaya más allá de las dos o tres personas que pueden ver y entender tu foto. Con la alfabetización se ayudaría a ver y escribir visualmente.

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